22 de abril de 2009

Hospital del Tórax (II): La niña

Han sido unos días algo agitados tras la visita al santuario del terror, al laboratorio de lo paranormal. Admito que quizás he pensado en el Hospital del Tórax más de lo que debería, aunque como más pasa el tiempo más claro tengo que nuestros documentos son buenos, muy buenos.

Dejando de un lado del vídeo (que aparecerá antes o después en este blog), que es quizás el documento más claro, quiero compartir con vosotros - con quien no lo haya hecho ya, vaya - una de las varias curiosidades de una de las fotos que captamos en el lugar. De momento solo una, una de las cuatro que podría haber en esa misma imagen: la niña, bautizada por la expedición como "la niña de la pel·lota".

Advierto que quien no crea en estas cosas mínimamente no va a ver nada, así como quien no tenga una buenísima resolución de pantalla (yo, de hecho, en el ordenador desde el que escribo apenas veo nada). Sin embargo, dentro del círculo rojo, hay lo que parece... una niña... con jersey negro, camisa blanca (cuello en la parte superior, le sobresale por debajo del jersey algo más abajo...), el brazo... la silueta...







Gracias a nuestro analista de imagen (¡gracias Sergio!), se ve que subiendo los níveles de la foto pueden verse incluso unas líneas en la parte inferior que corresponderían con las piernas, y unos extraños círculos por encima de la cabeza. Os pego la captura de pantalla que él me mandó: advierto que yo no veo nada porque mi PC no da para más, así que igual a muchos os pasa como a mí:





Más misterios rodean a esta fotografía (en su totalidad, pues ésta es sólo una parte), pero intentaré tratarlos más adelante. Uno de ellos es que está realizada justo en el mismo momento y casi en el mismo instante en que se ven cosas en el vídeo... en la entrada (que para nosotros ya era salida) del hospital.

Para acabar con este post, quiero hablar acerca de algo. Mucha gente me pide volver al Tórax, y yo, por mi parte - y por si alguien más pensaba proponerlo - digo que de momento no. Hay algo que me tiene preocupado - que la grandísima mayoría de lectores no conocerán, pero ya contaré en su momento - y que, junto con los hechos allí acontecidos, hacen que no quiera volver al lugar por el momento. Si queríamos obtener pruebas, creo que ya las hemos obtenido, y volver por el morbo de reafirmarlas me parece una falta de respeto, de momento.

Eso no quiere decir que un servidor y su expedición no planteen nuevas salidas. ¡Esto no ha hecho más que comenzar! Y además la próxima vez seguro que somos más...

Radio Teletórax, 96.2 FM, surcando los abismos.


18 de abril de 2009

Hospital del Tórax (I)

"Cuando el río suena, agua lleva"

Ya lo decíamos antes de entrar... ¡aquel lugar no podía ser solo un escenario de múltiples leyendas fomentadas en mentiras paganas! Qué ignorantes nosotros cuando, tranquilos en nuestro recorrido por el hospital, pensábamos que al fin y al cabo nada era verdad... qué ignorantes al pensar que el Hospital del Tórax nos había defraudado.


Voy a narrar los hechos tal y como sucedieron, sin historias de cosecha propia. Y además, lo voy a hacer advirtiendo de que nuestra incursión en tal lugar fue desde el absoluto respeto, sin hacer rituales, invocaciones ni ninguna otra acción que pudiera vaticinar mal augurio para nosotros. Advierto, además, que las sorpresas están al final.

16 de Abril del 2009: día inestable meteorológicamente hablando, con grandes claros y grandes tormentas. 10pm, parada de metro de Fabra i Puig en Barcelona, empieza nuestra aventura no sin antes recoger a Marco, nuestro guía. Sin él, y en definitiva sin alguien que haya entrado antes, la entrada en el lugar es prácticamente imposible. Mil gracias. 11:30pm, llegamos al destino tras una parada para repostar y unas cuantas vueltas de más en Terrassa. Al final, el gran hospital se presenta ante nosotros majestuosamente, imponiéndose tras los cristales de nuestros coches que dejamos tras el hospital, en un bosque.
La subida hasta el lugar está marcada por una extraña sensación de miedo, alerta (por esquivar a la seguridad) y ansias y emoción. Tras bordear el cerco cual soldado se esconde tras plantas, árboles y muros de un campo de combate, entramos al recinto aliviados por no ver seguridad. Hay que ir por el sendero justo, atravesar el ala derecha de una iglesia cerrada a cal y canto - lástima -, y atravesar el dichoso bosque de los gritos, que si no fuera por la leyenda a mí me parecía más bien un encantador jardín para tomar el aire. Sigilosamente (o no, pues el suelo está lleno de cristales y escombros que seguro nos delatan), bordeamos el hospital por su parte derecha para ir a la ventana abierta... que esta vez no lo estaba. Por suerte, otro agujero cercano nos dejaría empezar nuestra aventura, no sin dificultades.



Marcando el camino de regreso a casa, nos adentramos en el hospital con mucha calma. Subimos lentamente las escaleras, parándonos en las plantas 2 (en la que vimos luz en un par de puertas), 5 y 8 (en la que estuvimos un buen rato mirando fuera, y vimos cómo una linterna se movía alrededor del bosque, y cómo un vigilante de seguridad había hecho su aparición por los exteriores del recinto).

"Ei, hemos visto a un tío como cuatro pisos más abajo... de negro, sin linterna, subiendo las escaleras..."

Es la confesión de Uri y Fran, no recuerdo a qué altura exactamente del ascenso. ¿Sin linterna? Hay total oscuridad... ¿Quién había allí? De todas formas aquello no nos quitó el sueño, y tras atravesar habitaciones, señales de rituales satánicos, tablas de Ouija y frescos, llegamos a la novena planta con calma, seguros de que nada iba pasarnos. Ruidos... gente afirma escuchar voces, extraños sonidos... una luz al otro lado del hospital... (al cual no hay acceso para personas...), pero como es obvio nada de esto nos asusta, aunque quizás nos altera un poco y acelera nuestra salida del lugar, pero seguimos tranquilos.

El problema vino en el descenso... de pronto, bajando por las escaleras, cae una piedra, y tras esa piedra otra... desde arriba del todo. ¿Podría ser alguien de nosotros? No lo sé, pero aquello nos asustó bastante, y ahora sí teníamos ganas de salir... cuando lo mejor estaba aún por llegar.


Fue al volver a la habitación por la que habíamos entrado... de pronto un fuerte olor a madera quemada, alguien había tapado la entrada con un tablón de madera. No os podéis imaginar el pánico... ¿quién nos había tapado la entrada? En teoría nadie más había entrado... ¿seguridad? ¿Qué seguridad hace éso? Dios mío... el pánico se acrecenta cuando un servidor dice haber visto algo detrás... Sí... vi algo... y note presencias... por primera vez en el recorrido... además, estoy seguro de haber visto una luz, como de una vela... detrás del tablón. Al final, lo tiramos, y salimos...

Estaba seguro de que mis visiones y mis sensaciones eran un ejercicio de parapsicología... lo estaba hasta que en el vídeo captamos una sombra, como etérea, pasar por detrás del tablón... sí... está todo grabado, y es por ello que ahora yo mismo dudo de la naturaleza de mis percepciones... más aún cuando Javi, mi primo y otro de los aventureros, confesó haber visto también algo detrás del tablón.

De nuevo Javi dice haber visto una sombra atravesar el pasillo, Mercè - otra de las acompañantes -, afirma que una mujer de negro nos perseguía en uno de los pasillos. Nat y Mercè de nuevo afirman haber escuchado susurros en la 9a planta... el hombre de negro, el tablón... ¿queríamos algo más? No voy a decantarme por la naturaleza de lo que pasó, pero estoy feliz de haber estado en aquel lugar, y de tener ahora documentos dignos de ser analizados... así que es posible que intentemos contactar con Cuarto Milenio o algo así, el video desde luego lo merece.


Mil gracias a todos por haber venido: Marco, David, Javi, Uri, Fran, Daniel, Virgili, Mercè y Nat. La verdad es que el grupo fue estupendo, y contra todo pronóstico mantuvimos siempre la calma y el "viaje" por lo paranormal se hizo muy ameno.

Espero una segunda parte con el famoso vídeo, si consigo cortarlo y cambiar de formato.

Gracias a todos.

12 de abril de 2009

Las caras de Bélmez

Muchos de los que habéis visto el título ya sabéis de lo que hablo. Otros, menos enterados de hechos paranormales, no tendréis ni idea. Es un placer pediros, seáis del grupo que seáis, que dediquéis cinco minutos al hecho paranormal más intrigante de Europa, del que tengo la suerte de haber sido partícipe en más de una ocasión (lo cual cambia mucho las cosas).


Bélmez es un pequeño pueblo de Jaén, arrelado en una de las laderas de Sierra Mágina. Nada o poco destacable si no fuera porque en el número 5 de la Calle Real suceden cosas extrañas, tan extrañas como que, caras como ésta, salen en el suelo y en las paredes del comedor y del pasillo:




Lo que deberían ser manchas de humedad, se convierten pues en uno de los fenómenos paranormales más extraños del mundo, que ha traído a científicos de todo el mundo. ¿Resultado? no hay explicación científica para lo que ocurre allí. ¿Fraude? parece difícil. ¿Son realmente caras de muertos? Algunos habitantes de Bélmez las reconocen como tal, dando incluso nombre y apellidos. La casuística quiso que el número 5 de la calle Real estuviera construída sobre un antiguo cementerio Romano, y que diera justo a la Iglesia por su parte trasera. ¿Hay mejor manera de alimentar una leyenda?


Como he dicho antes, tengo la suerte de haber estado allí hasta en tres ocasiones. Lo impresionante no es verlo una vez, es hacerlo varias de ellas (yo fuí con 8, 12 y 17 años aproximadamente) y ver cómo las caras no son siempre las mismas, como aparecen nuevas, desaparecen... y lo más impresionante... aquellas que recordabas de la vez anterior, habían cambiado incluso la expresión de su cara.


Por mi parte no quiero alargarme. Hay cientos de documentos en la red para indagar sobre el tema, sobre los estudios, los fraudes (que los ha habido) y demás. Os recomiendo esta entrevista a Carmen Porter - copresentadora de Cuarto Milenio -, muy muy recomendable:

http://www.youtube.com/watch?v=4xbVpBdFZRM



Es una de las razones por las que quiero indagar más en este mundo. Invitaría a todo el mundo a que fuera por lo menos fuera un par de veces, pero como es algo complicado dada la lejanía del lugar para muchos, espero almenos que los documentos y este mismo blog hagan brotar en vosotros las mismas preguntas que nos hacemos aquellos que sí hemos estado allí.


9 de abril de 2009

La virgen de hierro

Es extraño decir que pasar miedo forma parte de uno de los sueños que siempre he tenido: el tener un grupo con un cierto afán, interés por lo paranormal. Después de mucho tiempo, y casi por casualidad, he encontrado ese grupo en mis seres más cercanos. ¡Y yo pensando que tendría que buscar lejos! Gracias David y gracias Uri, y a los que vengan si esto tira para adelante.

Ayer fue la primera quedada para preparar nuestra salida al Hospital del Tórax de Terrassa. No voy a contar ahora sobre él, si alguien tiene interés encontrará en esta misma página videos, pero hoy voy a centrarme en lo de ayer por la noche:




Sí... ¡mi móbil no da para más! Pero la próxima vez prometo llevar la cámara de video con visión nocturna. El hospital de l'Esperit Sant, abandonado, muchos puntos en común con el del Tórax. Aire siniestro, zona complicada y cerrado a cal y canto. Si algo había allí, desde luego ese algo no quería vernos. Personalmente, estoy convencido de que si ese lugar continúa en pie, dará que hablar...

La noche dio para mucho, mucho más. Una visita relámpago al castillo de Torre Baró - otro día analizaremos este lugar -, y muchas otras pequeñas anécdotas y historias dignas de ser contadas... ¡a su tiempo!

Vamos con una de ellas... una de las historias de ayer, una historia que yo ya sabía pero que ayer volví a escuchar de boca del hijo de uno de los protagonistas (por lo tanto, la historia, como hecho, es verídica):

LA VIRGEN DE LA CABEZA DE HIERRO

- Va, quedaros a tomar algo - insistió Manuel.

- No, gracias pero tenemos que irnos ya - se disculpó Luís.

Día plomizo en Barcelona. El sol se escondía ya en el horizonte, dorando las nubes y teñiendo el día de sangre, la noche de inquieta oscuridad. Luna llena para un jueves cualquiera del verano de 1983.

- Bueno, pues que tengáis un buen viaje - dijo un hombre calvo y algo pasado de peso, que sostenía en su mano una buena jarra de cerveza.

- Hasta luego - de despidió Luís estrechándole la mano. Él y su mujer avanzaron serpenteando entre las mesas hasta alcanzar la entrada del bar.

- Hola Luís, hola Claudia.

Luís se detuvo en seco. Un extraño hombre, cuyo rostro no obstante le resultaba familiar, se había levantado de la barra y se acercó a la pareja, extendiéndole la mano a Luís.

- Hola - dijo Luís estrechándole la mano, evitando decir un nombre del cual no se acordaba.

- ¿Os vais mañana de viaje, verdad?

- ¿Cómo sabes tú eso? - preguntó en seguida Claudia.

- ¿Os vais o no? - insistió el extraño hombre.

- Sí... - afirmó Claudia.

- ¿Me esperáis un momento? Voy a casa a por una cosa.

Sin esperar respuesta, el extraño hombre salió del local, estando de vuelta a los cinco minutos con una pequeña caja blanca. Se la entregó a Claudia, que la cogió con sus manos sin aparente interés por ver el contenido.

- Seguiréis vivos si a la virgen se le corta la cabeza.

Un escalofrío recorrío la espalda de Luís, las manos de Claudia temblaban.

- Buen viaje - dijo el extraño hombre con una sonrisa nada tranquilizante en su rostro, volviendo a la barra.

Al día siguiente, Luís y Claudia salieron con su viejo coche camino de Jaén. Nada les pasó en los 1000km de camino. Pensando que la historia de la virgen no era más que un fraude, disfrutaron de sus merecidas vacaciones, ignorantes de cuánto el destino les estaba preparando.

Fue una tarde, un día antes de volver. El viejo Seat a toda velocidad por una de aquellas carreteras comarcales en las que apenas cabe un coche y en las que el asfalto es gravilla. La Virgen - obviamente, entera - en su caja, en la guantera del coche, olvidada casi por sus nuevos dueños. Ruta en la montaña, carretera revirada sin quitamiedos. De pronto, un camión se aparece contra dirección. Luís apreta enérgicamente el freno del coche, bloquea las ruedas, y el vehículo, patinando sobre la gravilla, queda al borde del abismo, entre la vida y la muerte, con dos ruedas colgando del acantilado.

Salen del coche asustados, maldiciendo al conductor del camión, cargados de adrenalina pero sabiendo que se han salvado de milagro.

- Luís... - dice de repente Claudia, cogiendo a su novio del brazo... - la virgen...

Se acercó entonces Claudia al coche, abrió la guantera y cogió la caja. La abrió delante de Luís.

La cabeza, de hierro, estaba cortada perfectamente por el cuello.

7 de abril de 2009

La llamada de lo paranormal

Lo primero de todo... ¡hola! y gracias por haber entrado al blog, y más aún si has husmeado un poquito en él.

Como primer post, debo decir que estoy emocionado. No era mi intención abrir un blog antes del verano, pero hechos venideros han precipitado esta decisión. ¿Que de qué se trata? Bueno, después de muchos años como gran aficionado al mundo paranormal, podríamos decir que en no más de una o dos semanas podría tener una gran aventura en este sentido. ¡Seguro que no tiene desperdicio! Pero como es demasiado pronto, prefiero no adelantar nada.

Mañana Miércoles me reúno con cierta persona. Vamos a husmear un hospital abandonado en Santa Coloma, quizás vayamos a un castillo de Barcelona y así prepararemos la gran quedada (no por número de gente).

Yo, que no me considero asustadizo ante posibles hechos paranormales, debo reconocer que por primera vez en mi vida tengo una mezcla de emoción, tensión y terror que no sé cómo me hará reaccionar. De momento, enciendo todas las luces por la noche y duermo con la persiana arriba. ¿Estaré empezando mal?

Como regalito, un verseto de Nostradamus... pensad en lo que pasó ayer en Italia, y juzgad por vosotros mismos:

XXXI
El temblor de tierra en Mortara,
Cassich San Jorge medio derruido:
Paz, endormecida, la guerra despertará.
En templo en Pascua abismos hundidos.
Centuria IX